La cromatografía en capa fina (CCF) es una forma de cromatografía de absorción
sólido-líquido que constituye una técnica importante en Química Orgánica para el análisis
rápido de muestras que en algunos casos puede estar en el rango de los 10-9 g.
Frecuentemente se usa para el seguimiento de la evolución del progreso de una reacción, o para el control y seguimiento de las separaciones que se producen mediante una
cromatografía en columna preparativa.
Para realizar el análisis de una muestra por CCF se utiliza un adsorbente sólido
como gel de sílice (SiO2. H2O) o alúmina (Al2O3), unido a una placa rectangular de de vidrio o plástico. El adsorbente sirve de fase estacionaria. La muestra se aplica en disolución con un capilar de vidrio en un extremo de la placa, pero no sobre el mismo borde.
PROCEDIMIENTOS:
1.Preparación de la muestra
En un mortero, machacar una hoja de espinaca con una mezcla de 4 ml de hexano y
2 ml de etanol. Con una pipeta Pasteur transferir el extracto a un tubo de ensayo y
agitar con mucha suavidad con una cantidad igual de agua, evitando la formación de emulsiones. Eliminar la fase acuosa con ayuda de una pipeta Pasteur, y el lavar
sucesivamente dos veces con 2 ml de agua para eliminar el etanol. Transferir la fase
orgánica a un tubo de ensayo y añadir con una espátula sulfato sódico anhidro para
eliminar el agua.
2.Preparación de la placa de cromatografía.
Marcar la placa, con ayuda de un lápiz los puntos en donde se va depositar la
muestra (tres puntos). Con un capilar, tomar un poco de la disolución orgánica
conteniendo los pigmentos y pinchar la placa de cromatografía en los tres puntos con
concentraciones diferentes. Para evitar que la mezcla difunda por la placa, vaciar el
contenido del capilar poco a poco sobre el punto, y soplar suavemente cada vez, para
secar el disolvente.
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